lunes, 10 de abril de 2017

No me pienses


No me pienses, no malgastes tu tiempo en recordarme,
En recordar lo que fuimos,
Lo que queda,
Lo que se perdió y no se dio…

No me recuerdes,
Aunque me veas en los conciertos
A los que antes solíamos ir,
Y ya no sea mi mano la que agarres con fuerza,
Ni mis oídos, a los que les susurres las canciones
Que antes llamábamos nuestras.
Aunque ya no sean mis ojos en los que te sumerjas
Ni mis labios los que beses
Después de haber apurado el último trago de cerveza.

No claves en mí tu mirada,
Como el dardo que quiere apuntar al centro de la diana
Recordando batallas ganadas,
Como intentando encontrar en mis ojos
Un atisbo de nostalgia,
Una señal de las ruinas que ahora quedan
De un pasado compartido
Que intentamos con insistencia
alejar a patadas.


No me pienses demasiado,
No pierdas tu tiempo en recordarme,
Pero si lo haces,
Quiero que sea con una sonrisa en los labios,
Que te de fuerzas para realizar lo que siempre has deseado,
Todos los proyectos que quisiste llevar a cabo…

Dejemos que los recuerdos
Vuelen con el viento…
Y que solo vuelvan
Cuando la brisa suave de los días cálidos
Roce tus mejillas
Susurrando acordes de aquellos días de verano,
De los versos que durante noches sirvieron de alimento

Y los poemas que fueron abrigo en el frío invierno.

Siempre nos quedarán los libros,
Y aquellos estantes vacíos
De la biblioteca que nunca llegamos a tener
(ojalá hubiésemos creado aquel sello).

Te quedaste con los libros,
En realidad, siempre fueron tuyos,
Yo sólo me aferraba a la idea del nosotros
A ese “lo tuyo es mío”
Y aquel utópico futuro compartido.
Yo nunca he sido de echar raíces,
Aprendí desde niña
A adaptarme al cambio constante,
A no pasar demasiado tiempo en un mismo lugar,
Ni con la misma gente.
Aprendí a hacer amigos rápido
Para olvidarnos lento,
A ser inconstante, mudable, cambiante…
A ir con la maleta siempre a cuestas
Cogiendo lo importante
Y las cajas que nunca terminaban de desempaquetarse
Antes del próximo viaje.

Fue muy pretencioso por mi parte
Pensar que lo nuestro sería inmutable
Inalterable al paso del tiempo,
Inquebrantable ante los arrebatos pasajeros.

Así que he vuelto a vivir de alquiler,
Y a las bibliotecas cada vez que quiero leer.
Todo mi caos es un orden por conocer,
Pero hiciste bien en abandonar a tiempo,
Y desordenar un poco más mis adentros.
Ahora he vuelto a colocar cada cosa en su sitio,
a instalarme aquí,
Hasta nuevo aviso.


Siempre nos quedaran los libros..
 (mientras los bomberos no se dediquen a quemarlos)
Y las bibliotecas (aunque no sea la nuestra)
Que todo está ya escrito,
Y aunque no se haya dicho
Aquí cada uno
escribe su libro.


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