De todos los disfraces que tenías a elegir
Escogiste el de la indiferencia,
Porque sabías que aunque no fuera el más atrevido
Siempre podrías jugar a ser el misterioso desconocido.
También sabías que tarde o temprano, se acercaría alguna
presa
De esas ingenuas a las que les atrae el peligro
Y bueno, tú, con tu disfraz oscuro e impermeable
Le harías ver que eres impenetrable
Que mejor se fuera con el que vestía de alegría,
Que era experto en coleccionar sonrisas.
Pero ella cautivada por la intriga
Se quedaría allí,
Y te quitaría el disfraz
Para abrazar tu vulnerabilidad.
El problema es que aquella era una fiesta de disfraces
Y aquel no era el plan que tenías trazado
Ni el papel que tenías planeado desempeñar aquella noche.
Así que se despidió de ella
Y se volvió a poner su disfraz de indiferencia,
Perfecto para las despedidas.
Ella se quedó mirando cómo se iba
Y un nudo en la garganta le devolvió el sabor más amargo
De lo que una vez fue
el abrazo más dulce.
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